Evangelio (Lc 2. 16-21)
Encontraron a María y a José, y al niño. Y a los ocho días, le pusieron por nombre Jesús
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
Comentario
El próximo domingo, comienzo del año nuevo, ponemos nuestras vidas en manos de Santa María Madre de Dios. Ella nos protege como Madre del hijo de Dios y madre nuestra. A ella le pedimos que interceda para que Dios nos conceda la paz y la gracia en el próximo 2023.
—«Los pastores fueron corriendo hacia Belén». Son los pobres a los que el ángel les anuncia el nacimiento del salvador. Ellos responden como Abraham, como María…corriendo. ¿Tengo la misma pasión para adorar al niño Dios?
—«Encontraron al niño acostado en el pesebre». El Hijo de Dios, todopoderoso, en el frío y dureza de un pesebre. Esta es la elección de Dios: viene a nosotros sin nada. Dios se identifica conmigo para que yo no busque nada más que a Dios. ¿Valoro la virtud de la pobreza, como identificación con Dios? ¿Busco la austeridad en mi vida?
—«María conservaba todas estas cosas en su corazón». Ella se admiraba de lo que decían los pastores de su niño, tal como les había dicho el ángel. Y María, no sólo las oía, sino que dejaba que se grabasen en su corazón. María es la mujer contemplativa, que no pierde detalle del misterio que se le ofrece. ¿Cómo recibo yo los mensajes que me ofrece el Señor? ¿Tengo una mirada contemplativa hacia todo lo que el Señor me revela?
—«Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto». Es la respuesta de quien se ha encontrado con Cristo. La vida cambia con esa visión. Puedo pedir al Señor que me conceda el donde encontrarme con Él, sin tener miedo a la conversión.
—«Le pusieron por nombre Jesús» (que significa “Yahvé salva”). Esto lo tengo que desear para el año que iniciamos: la salvación de Dios para mí y para los que me rodean. Lo puedo hacer con la oración de bendición de la primera lectura: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”. (Nm 6,27)
Oración: San Juan Pablo II
Madre, que sabes lo que significa estrechar entre los brazos el cuerpo muerto del Hijo, de Aquel a quien has dado la vida, ahorra a todas las madres de esta tierra la muerte de sus hijos, los tormentos, la esclavitud, la destrucción de la guerra, las persecuciones, los campos de concentración, las cárceles.
Mantén en ellas el gozo del nacimiento, del sustento, del desarrollo del hombre y de su vida. En nombre de esta vida, en nombre del nacimiento del Señor, implora con nosotros la paz y la justicia en el mundo. Madre de la Paz, en toda la belleza y majestad de tu Maternidad que la Iglesia exalta y el mundo admira, te pedimos: Permanece con nosotros en todo momento. Haz que este nuevo año sea año de paz en virtud del nacimiento y la muerte de tu Hijo.
Amén
Peticiones
—Por la Parroquia: Para que el Señor bendiga a nuestra parroquia, y nosotros vivamos intensamente como discípulos suyos.
—Por la Iglesia: Por todas las familias, especialmente las que sufren por una relación deteriorada.
—Por el Mundo: Por los niños sin familia y que esperan ser acogidos en un hogar.
Oración final
Dios y Señor nuestro, que por la maternidad virginal de María entregaste a los hombres los bienes de la salvación, concédenos experimentar la intercesión de aquélla de quien hemos recibido a tu Hijo Jesucristo, el autor de la vida. Él, que vive y reina contigo.