El primer sacramento de la iniciación recibe, ante todo, el nombre de Bautismo, en razón del rito central con el cual se celebra: bautizar significa “sumergir” en el agua; quien recibe el bautismo es sumergido en la muerte de Cristo y resucita con Él “como una nueva criatura” (2 Co 5, 17). Se llama también “baño de regeneración y renovación en el Espíritu Santo” (Tt 3, 5), e “iluminación”, porque el bautizado se convierte en “hijo de la luz” (Ef 5, 8). …A todo aquel que va a ser bautizado se le exige la profesión de fe, expresada personalmente, en el caso del adulto, o por medio de sus padres y de la Iglesia, en el caso del niño. El padrino o la madrina y toda la comunidad eclesial tienen también una parte de responsabilidad en la preparación al Bautismo (catecumenado), así como en el desarrollo de la fe y de la gracia bautismal. (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, NN 252 y 259)

El sacramento del Bautismo nos da la vida nueva de hijos de Dios. Desde este momento llevamos el nombre de Cristo (“cristianos”) porque Dios nos hace sus hijos (como a su hijo) y nos hace participar de la vida nueva que su Hijo nos ha conquistado en la cruz. Si Cristo es Hijo de Dios por naturaleza nosotros recibimos la condición de hijos de Dios por adopción. ¡Un verdadero regalo!

Por eso el sacramento del bautismo es el primero de los sacramentos y el que nos abre a la vida de gracia y de comunión con Dios. Es el sacramento que nos permite tener una relación cercana con Dios (como un hijo con su padre) y nos da la fuerza y la capacidad para amar como Cristo y hacer de nuestra vida una ofrenda agradable a Dios Padre. Es el sacramento que nos da la capacidad para ser santos.

El sacramento del Bautismo no se entiende sin el don de la fe. No hemos de acercarnos a la Parroquia para pedir el bautismo por una simple costumbre social o por un compromiso familiar. Ni tampoco por el temor que a nuestro hijo le pase algo si no le bautizamos, como si fuera un acto de magia. Cuando los padres piden el sacramento del Bautismo para sus hijos valoran en sí mismos la vida cristiana y se comprometen a cuidar la semilla de la fe que se siembra en su hijo el día de su bautismo. En el Ritual del Bautismo se pregunta a los padres si saben que se comprometen a educar a su hijo en la fe, para que guardando los mandamientos de Dios ame al Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio (Ritual Nº 138). Y se supone que responden que sí…

Son los padres los que piden el Bautismo para sus hijos o los que tienen que dar el permiso apropiado para que sus hijos sean bautizados (No los abuelos). Esto tiene como consecuencia que los padres han ser cristianos y valorar el don de la fe que piden para sus hijos. Cuando los padres no viven en una situación querida por la Iglesia (Ej que son pareja de hecho o que no están casados por la Iglesia), pueden vivir su situación con una especial necesidad de acudir a Dios en su oración y no impedir a su hijo el conocimiento de Jesucristo y que pueda vivir la amistad con Él. Por eso, será bueno escoger buenos padrinos que puedan colaborar con sus padres en la educación cristiana de su hijo.

Para el sacramento del Bautismo se necesita un padrino o una madrina o un padrino y madrina. En cualquiera de estos tres casos, tienen la responsabilidad de dar un buen testimonio cristiano a sus ahijados. Por eso han de vivir coherentemente la fe cristiana, haber recibido los sacramentos de la Iniciación (Bautismo, Confirmación y Eucaristía) y no vivir en situación de escándalo no querida por la Iglesia (pareja de hecho o matrimonio civil).

Puesto que el Bautismo supone la incorporación de la persona a la vida de la Iglesia, pretendemos desde la Parroquia que dichas celebraciones sean comunitarias (aunque no más de cuatro familias) y en la víspera del día del Señor, los sábados por la tarde.

Los padres que deseen pedir el Sacramento del Bautismo para su hijo y que pertenezcan a nuestra parroquia, tienen que acercarse al Despacho Parroquial. Después de una entrevista con el sacerdote se tendrá una reunión de formación para profundizar en la realidad del bautismo y en las consecuencias de este, con la iluminación que nos ofrecen los distintos ritos del sacramento.

En resumen: Los padres, pertenecientes a la parroquia, que soliciten el bautismo para su hijo, tienen que acercarse al despacho parroquial para solicitarlo. Las celebraciones del Bautismo son los sábados a las 17:30 horas.