Evangelio  (Mc 1,29-31)

Curó a muchos enfermos de diversos males

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:
–«Todo el mundo te busca».
Él les responde:
–«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».
Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios..

Comentario

Jesús anuncia el Reino de Dios a través de sus palabras y hechos: predica en las sinagogas, cura a los enfermos y expulsa a los demonios. En Jesús vemos el amor concreto de Dios por cada persona.

—Jesús comparte su vida con sus discípulos en sus casas (como la casa de Simón y Andrés). Jesús se hace cercano y entra en la vida de sus más cercanos. También quiere entrar en mi casa ¿Le tengo la puerta abierta? ¿Deseo que el Señor entre de lleno en mi vida?

—Al entrar en casa, la suegra de Simón estaba en cama con fiebre. Seguro que Jesús lo sabía; pero era necesario que sus discípulos se lo dijeran. El sabe de mis dolencias; pero quiere que yo se lo pida con fe y humildad ¿Yo, postrado, dejo que el Señor me “coja de la mano” para que me “levante” y me cure? ¿Le pido al Señor lo que más necesito?

—Jesús sabe que su misión es más importante que realizar las curaciones y los milagros: «Se marchó a un descampado para orar, de madrugada». Jesús sabe que su ministerio sólo se mantiene en su diálogo con el Padre. Jesús no es el activista que hace muchas cosas, sin más. Él es el íntimo del Padre. Ahora yo puedo aprender de Jesús

— Después de orar y presentar a Dios Padre nuestras necesidades, se marcha a las aldeas cercanas para predicar. Los milagros y curaciones son signos de que el Reino de Dios está entre nosotros. Pero él tiene que recordárnoslo. No basta con hacer obras de caridad. ¿Tengo el mismo deseo apostólico de Jesús?

Salmo 30

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado | y no has dejado que mis enemigos se rían de mí….

Señor, sacaste mi vida del abismo, | me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa…

Yo pensaba muy seguro: | «No vacilaré jamás». | Tu bondad, Señor, me aseguraba | el honor y la fuerza; | pero escondiste tu rostro, | y quedé desconcertado.

A ti, Señor, llamé, | supliqué a mi Dios: | «¡Qué ganas con mi muerte, | con que yo baje a la fosa? / ¿Te va a dar gracias el polvo, | o va a proclamar tu lealtad?

Escucha, Señor, y ten piedad de mí, | Señor, socórreme». | Cambiaste mi luto en danzas, | me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; Te cantará mi alma sin callarse, | Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Peticiones

Por la Parroquia: Para que seamos una verdadera familia en la fe, en la que nos ayudemos a ser fieles seguidores de Cristo.

Por la Iglesia: Para que sea fiel al mensaje de nuestro Señor Jesucristo.

Por el Mundo: Para que desaparezcan las guerras..

Oración final

Protege, Señor, con amor continuo a tu familia, para que, al apoyarse en la sola esperanza de tu gracia del cielo, se sienta siempre fortalecida con tu protección.