«La grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad. Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana» (Benedicto XVI Spe Salvi, 38 Nov 2007)
En nuestro barrio son muchas las personas que viven el sufrimiento de la enfermedad solos en sus casas. Ellos sienten la limitación de no poder tener una vida normal de relación con otras personas o familiares fuera de sus domicilios. Esta situación les hace participar de modo más intenso de la cruz de Cristo. Y para ello necesitan de la fuerza de la gracia de Dios y del apoyo eclesial, para vivir este tiempo de prueba y sufrimiento.
Con ellos se identifica nuestro Señor Jesucristo cuando nos dice: «(Estuve) enfermo y me visitasteis» (Mt 25, 36). Es un don de Dios, para la comunidad cristiana podernos encontrar con Jesucristo en la visita y en la atención a los enfermos.
Dentro de nuestra comunidad parroquial hay un grupo de visitadores de enfermos, que tiene como encargo la misión de atender a los más enfermos que están impedidos en sus casas. Las personas de este grupo se abren a la gracia de Dios para poder empatizar con los más débiles y transmitirles la ternura de Cristo. Por ello han de cuidar su formación espiritual y humana.
Este grupo está disponible para ir a visitar a los enfermos que estén en sus casas y necesiten ayuda humana o consuelo espiritual. Y se siguen necesitando personas que realicen este ministerio tan entrañable.
Habrá a veces que los enfermos que están en sus casas deseen recibir el sacramento de la Eucaristía o de la penitencia. En este caso acudirían los sacerdotes de la parroquia para atender espiritualmente a dicho enfermo.
También habrá ocasiones en que el enfermo desee recibir el Sacramento de la Unción de los Enfermos. Igualmente están disponibles los sacerdotes de la parroquia.
Será bueno que las personas cercanas a los enfermos (familiares, amigos o vecinos), que sepan de la necesidad de estos enfermos y que no tengan conocimiento del impedimento de estos para ser atendidos, se pongan en contacto con la parroquia para que puedan visitarlos los ministros de los enfermos o los sacerdotes (según el caso)
Las personas enfermas o mayores que no puedan salir de casa y que deseen ser visitadas, atendidas espiritualmente y recibir los sacramentos de los enfermos, pueden ─ellos o sus familiares─ ponerse en contacto con la parroquia, por el despacho o por el contacto de esta Web