«La catequesis tiende pues a desarrollar la inteligencia del misterio de Cristo a la luz de la Palabra, para que el hombre entero sea impregnado por ella. Transformado por la acción de la gracia en nueva criatura, el cristiano se pone así a seguir a Cristo y, en la Iglesia, aprende siempre a pensar mejor como Él, a juzgar como Él, a actuar de acuerdo con sus mandamientos, a esperar como Él nos invita a ello Más concretamente, La finalidad de la catequesis, en el conjunto de la evangelización, es la de ser un período de enseñanza y de madurez, es decir, el tiempo en que el cristiano, habiendo aceptado por la fe la persona de Jesucristo como el solo Señor y habiéndole prestado una adhesión global con la sincera conversión del corazón, se esfuerza por conocer mejor a ese Jesús en cuyas manos se ha puesto: conocer su «misterio», el Reino de Dios que anuncia, las exigencias y las promesas contenidas en su mensaje evangélico, los senderos que Él ha trazado a quien quiera seguirle» (JUAN PABLO II. Catequesis Tradende, 20).
La Iglesia ha recibido de su maestro la misión de engendrar a nuevos hijos de Dios y educarlos en la fe cristiana (Cf. Mt 28, 19-20). Y dentro de esta misión está la Catequesis de Iniciación cristiana.
La Catequesis de Primera Comunión se inserta dentro de este proceso organizado de crecer en el conocimiento personal de Jesucristo, de su mensaje de salvación y de su seguimiento dentro de la comunidad cristiana. Por eso, desde el principio, hemos de remarcar que este proceso de Iniciación cristiana no termina con la Primera Comunión: se inicia con el bautismo y se culmina con la Confirmación.
Los padres cristianos cuando contrajeron matrimonio se comprometieron a educar a su hijo en la fe (Cf. Expediente Matrimonial de la Diócesis de Madrid). Y el día del bautismo de su hijo el sacerdote les preguntó: «Al pedir el bautismo para vuestro hijo, ¿sabéis que os obligáis a educarlos en la fe, para que este niño, guardando los mandamientos de Dios, ame al Señor y al prójimo, como Cristo nos enseña en el Evangelio?» (Ritual del Bautismo Nº 138). Ellos, supuestamente, contestaron «Sí, lo sabemos».
Como familia en la fe, la Parroquia colabora con los padres en su misión de educar a sus hijos en la fe. Por eso les ofrece las sesiones semanales de catequesis, impartidas por catequistas voluntarios y debidamente formados. A estas sesiones tienen que asistir comprometidamente los más pequeños con puntualidad y fidelidad (siempre que no haya impedimentos mayores).
Este proceso catequético necesita de un ambiente apropiado en el hogar familiar para que la semilla que se sembró en el bautismo vaya creciendo progresivamente. Son los padres, independientemente de la situación en la que vivan, los que al inscribir a su hijo en la Catequesis de Primera Comunión se comprometen a no ser obstáculo y sobre todo a colaborar para que su hijo crezca diariamente en el conocimiento de Jesucristo, le ame y le siga. Cuando los padres vienen a inscribir a su hijo a la catequesis no lo hacen como si lo apuntasen a un equipo de fútbol o a manualidades. Dicha inscripción supone un compromiso, puesto que son ellos, los padres, los primeros responsables del crecimiento en la fe de sus hijos.
En este proceso de Iniciación cristiana también pueden participar los niños de esta edad que todavía no estén bautizados. Son ellos, los que teniendo uso de razón y con el permiso de sus padres, quieren ser discípulos de Jesús y vivir su mensaje de salvación. Por eso, en este proceso de catequesis, con la debida formación para su caso, reciben el sacramento del Bautismo.
Como este proceso de catequesis está orientado para recibir conscientemente el don de la Eucaristía (el cuerpo y la sangre de Cristo) los padres asumen el compromiso de que sus hijos participen semanalmente en la misa dominical. No se contempla la posibilidad de recibir la Primera Comunión sin haber acudido semanalmente a Misa.
Como es necesario la colaboración entre la Parroquia y la familia para el mejor crecimiento de los pequeños, los padres también se comprometen a la asistencia a las reuniones a las que se les convoque desde la Parroquia. En estas reuniones, además de recibir un tema de formación cristiana, los padres o tutores tendrán la oportunidad de conocer mejor la marcha de sus hijos, con el testimonio de sus catequistas y ver los medios más adecuados para que crezcan en la fe
Además los padres tendrán la posibilidad de crecer en el conocimiento de la palabra de Dios y de la doctrina de la Iglesia en los grupos de formación cristiana que se ofrecerá en el mismo horario de las catequesis, a los que podrán asistir voluntariamente.
En las catequesis de los niños siempre habrá un tiempo de oración en el que los más pequeños podrán ir aprendiendo a tratar familiarmente con Jesús. Es de desear que este aprendizaje en la oración tenga su prolongación natural en su hogar familiar junto con sus padres.
En este proceso de formación también los niños recibirán por primera el sacramento de la penitencia, por el que reciben el perdón de Dios y su Gracia para responder a la amistad con el Señor. Dicho sacramento se celebrará festivamente con el resto de sus compañeros y su familia
Además de las catequesis semanales la Parroquia reserva una de las misas dominicales (la misa de 11), para las familias y los más pequeños, adaptando la homilía y los cantos a la mentalidad de los niños. Siendo fieles a la Liturgia de la Iglesia procuramos que los niños vayan creciendo en la asimilación de los misterios de la fe y en las celebraciones cristianas. Este es el esfuerzo que hace la Parroquia para que los niños y sus padres asistan semanalmente a la celebración más importante para los cristianos y que es necesaria para nuestra identidad como discípulos de Cristo.
La Catequesis de Primera Comunión consta de tres cursos, que suele comenzar cuando el niño tiene 7 años (o está en 2º de Primaria). Los días de catequesis (dependiendo del curso) son el martes, miércoles y jueves de 6 a 7 de la tarde.
El periodo de inscripción para la catequesis tiene lugar en la segunda quincena de septiembre, del 15 al 30 de septiembre, los martes, miércoles, jueves y viernes de 6 a 7 de tarde. Los padres o tutores son los que inscriben a su hijo a la catequesis, después de una entrevista con el responsable y asumiendo el compromiso de la educación cristiana de sus hijos.
Sólo los niños que comienzan este periodo se tienen que inscribir. Las catequesis comienzan en la primera quincena de octubre (previo aviso comunicado en las misas, en la Web y en el tablón).